Para apreciar la diferencia que implica el razonamiento formal, sigamos
el progreso de un niño típico al lidiar con un problema piagetiano clásico, el
problema del péndulo. * Se muestra a Adam el péndulo, un objeto que cuelga de
una cuerda. Luego se le ensena como puede cambiar cualquiera de cuatro
factores: la longitud de la cuerda, el peso del objeto, la altura desde la cual
suelta el objeto y la cantidad de fuerza que puede usar para empujarlo. Se le
pide que calcule que factor o combinación de factores determinan la rapidez con
que oscila el péndulo.
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