Aunque los adolescentes tienden a pensar de manera más abstracta que los
niños pequeños, existe un debate acerca de la edad precisa en que surge este
avance. Los trabajos de Piaget ofrecen muchos ejemplos de niños que muestran
aspectos del pensamiento científico antes de la adolescencia. Al mismo tiempo,
al parecer Piaget sobreestimo las capacidades de los niños mayores. Muchos
adolescentes mayores y adultos “quizá entre una tercera parte y la mitad”
parecen incapaces de pensar de manera abstracta tal como lo definió Piaget, e
incluso los que son capaces de usar este tipo de pensamiento no siempre lo
utilizan. La investigación neo-Piagetiana sugiere que los procesos cognoscitivos
de los niños están muy ligados a contenidos específicos (aquello acerca de lo
que piensa el niño) así como al contexto de un problema y a los tipos de
información y pensamiento que una cultura considera importantes (Case y Okamoto,
1996; Kuhn, 2006). Además, la teoría de Piaget no considera de manera adecuada
dichos avances cognoscitivos como mejoras en la capacidad para el procesamiento
de información, en la acumulación de conocimiento y pericia en campos
específicos, y en el papel de la metacognición, esto es, la conciencia y
supervisión de los propios procesos y estrategias mentales (Flavell et al.,
2002). Esta capacidad para “pensar en lo que uno está pensando” y de este modo
controlar los propios procesos mentales (en otras palabras, la función
ejecutiva mejorada) puede ser el principal avance del pensamiento adolescente,
resultado de los cambios que ocurren en el cerebro adolescente (Kuhn, 2006).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario